El Circulo de Mujeres Rurales que hermana liderazgos femeninos en Montes de Maria y Canal del Dique

con No hay comentarios

Todos los jueves la Casa de la Mujer en el barrio Buenos Aires de Marialabaja es punto de encuentro de un Círculo de mujeres campesinas y afrodesdendientes de 4 municipios del departamento de Bolívar.

Desde hace 3 años nació el Circulo de Mujeres Rurales, gracias al impulso de diferentes delegadas de organizaciones campesinas, redes productivas, colectivos de mujeres.  Un día conversando sobre los derechos de las mujeres con Sofía Orozco, mujer Doula que había llegado al territorio a apoyar un diagnóstico de mujeres, decidieron crear un espacio de encuentro permanente que hiciera crecer la hermandad no sólo entre sus procesos, sino entre ellas como lideresas sociales, madres, amantes, agricultoras, en últimas como mujeres.

Sofía ya no está, murió hace dos años dejando un legado de conexión y transformación femenina en este Circulo de Mujeres.

 

Jueves para el despertar femenino

Después de 2 años de trabajar juntas, las integrantes del Circulo de Mujeres crearon Los Jueves de Mujeres para que más mujeres no necesariamente de organizaciones, pudieran llegar a este espacio. Los Jueves se encuentran, conversan, deliberan, se abrazan y sueñan juntas. Se miran frente a un espejo simbólico representado en las historias de cada compañera, se preguntan cómo protegerse mutuamente y principalmente cómo lograr garantías por sus derechos como mujeres.

“Tenemos otros días para el trabajo y la formación con el Círculo, pero los jueves son especialmente para la sororidad y la hermandad de las mujeres. Hemos conversado sobre diferentes temas, como por ejemplo las historias vividas sobre sus derechos sexuales y reproductivos; analizamos cómo se vulneran en los territorios y qué es necesario tener en cuenta para compartir la información con más mujeres.” expresa Inilida Ballestas, coordinadora del programa Mujeres Rurales de la Corporación Desarrollo Solidario, una de las organizaciones acompañantes de este proceso.

 

“El circulo es un espacio acogedor, ahí nos cobijamos como mujeres.

Es un espacio muy importante para nosotras,  pues estamos en una zona

donde hemos sido muy violentadas, donde los derechos de las mujeres han

sido muy vulnerados y algunas hasta los desconocemos”

expresa Omaira Montes Marquez madre de tres hijos y lidereza comunitaria de la organización Rayito de Luz, quien también nos cuenta que  le encantaría participar de todos los Jueves de Mujeres, pero  según ella el acuerdo es rotar la asistencia para lograr que todas las integrantes de su organización puedan beneficiarse de estos espacios.

Juntas analizan sus problemáticas y cuando identifican situaciones o casos relacionados con la vulneración de sus derechos, establecen las rutas a seguir ya sea desde la sororidad, es decir desde el acercamiento a la mujer afectada y la comprensión de su historia, hasta posibles acciones jurídicas o comunitarias que se puedan implementar.

Rompiendo silencios

 

La Casa de la Mujer que recibe el nombre de “Pedro Nel Luna” en reconocimiento a un hombre que en vida defendió los derechos de cientos de mujeres campesinas y comunidades rurales del norte de Bolívar, tiene más de nueve años dedicada al encuentro de las mujeres. En ese lugar, rodeado de las hortalizas que ellas siembran, es donde cada jueves se logran encuentros que buscan romper los silencios que el conflicto armado, las violencias, el machismo, y otros factores han dejado en los corazones de nuestras mujeres rurales.

“En el Círculo uno descansa, uno se abraza, se ríe.

Recuerdo un día que yo tenía una preocupación muy grande.

Una chica comentó algo que le estaba pasando y era algo

muy parecido a lo que yo estaba viviendo. Cuando vi cómo la abrazamos

me di cuenta que yo tampoco estaba sola. Eso me marcó mucho” relata Omaira Montes. 

 

Precisamente en uno de los Jueves de encuentro, mientras aprendían con Rosiris Ballestas, lideresa y artesana del municipio de Mahates, sobre cómo se teje la hamaca Sanjacintera en un  telar, a la par conversaron sobre la importancia de sus voces, de sus historias y de cómo estas pueden fortalecer sus propios tejidos organizativos.

 

“Aquí cada una puede aportar sus saberes.

Por ejemplo, yo hice un diplomado sobre participación política,

y si yo quiero pido un espacio en los Jueves de Mujeres y les cuento mi experiencia. 

Luego replicamos en nuestras organizaciones” expresa Omaira.

Desde estos espacios se han logrado identificar casos de violencia sicológica y sexual, ante las cuales la Corporación Desarrollo Solidario ha tenido que activar rutas de atención y protección. Desafortunadamente según Inilida Ballestas, el silencio y temor de las mujeres a denunciar y la falta de preparación de los funcionarios que atienden estas denuncias hace que los resultados no sean los mejores.  Según ella, hay mucho por trabajar en este sentido.

“Nos preguntamos todo el tiempo cómo sentirse en los zapatos de aquella mujer que está pasando un trance, cómo la apoyo para salir de ese momento difícil. En definitiva es pensarnos cómo desde la sororidad entre mujeres nos hacemos una vida más feliz” expresa Inilida.

Mientras tanto, desde Los Jueves de Mujeres se seguirá intentando hacer crecer un gran telar de esperanza y hermandad entre las mujeres campesinas, afrodescendientes e indígenas de las regiones del Canal del Dique y Montes de María.

Esta propuesta es liderada por la Red de Mujeres Rurales del Norte de Bolívar con el apoyo de la Corporación Desarrollo Solidario, Planeta Paz y otras organizaciones aliadas como Pan para el Mundo y Ayuda en Acción.

 

Dejar un comentario