Encuentros para la inclusión del Enfoque de género en la Resolución 464 de 2017 sobre los lineamientos estratégicos para la Agricultura Campesina Familiar y Comunitaria

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Por: ENI/Colombia

La Resolución 464 de 2017, por medio de la cual se adoptan los Lineamientos estratégicos de la política pública para la Agricultura Campesina Familiar y Comunitaria (ACFC) en Colombia es un logro significativo en la reivindicación de los derechos del campesinado, comunidades étnicas y organizaciones sociales del campo.

 

Hoy tres años y medio después, este instrumento de política pública ha sido priorizado, discutido y difundido en varias instancias. Sin embargo, el reto está en que las comunidades, organizaciones y procesos sociales reconozcan la integralidad de la resolución con todas sus definiciones y lineamientos, con el fin de protegerla y avanzar en propuestas reales de implementación, reconocimiento y adopción de mecanismos, planes, programas y presupuestos que garanticen su reconocimiento, valoración y consolidación.

 

En este proceso, las organizaciones de mujeres y mixtas que hacen parte de la RENAF y que consolidan el Enlace de Mujer Rural, reconocen que la resolución se verá fortalecida en la medida que se haga una lectura con los lentes de las mujeres rurales y las personas diversas, evidenciando una clara perspectiva de género. El reconocimiento y reivindicación de los derechos de las mujeres rurales, campesinas, indígenas, afrodescendientes, negras, raizales y palenqueras, es un imperativo ético político que debe ser eje para todas las políticas dirigidas al campo.

 

La juntanza, entonces, es el camino que permite recoger las demandas y las necesidades de las mujeres; por ello, la RENAF, con el respaldo de organizaciones internas como la Plataforma Yo soy Mujer Rural, Swissaid Colombia y ATI, en compañía de la ENI Colombia, SOLSOC, OXFAM, han propuesto una ruta de acción con encuentros regionales en el país que le permita  a las organizaciones sociales reaccionar a una propuesta nacional y construir elementos de exigibilidad para las agendas políticas en marcha.

A la fecha, ya se han desarrollado dos encuentros regionales, uno en el Caribe entre el 29 y 30 de junio, y otro en el Caquetá realizado del 2 al 4 de agosto. La agenda de los encuentros se componía de cuatro momentos gruesos donde se presentaba el trabajo de la RENAF; el abordaje del Enfoque de género desde categorías como relaciones de poder, economía del cuidado, violencias y derechos de las mujeres rurales; la socialización del contenido de la Resolución y sus lineamientos; y el diálogo alrededor de las demandas, derechos y necesidades de las mujeres rurales en el marco de la ACFC.

Los encuentros parten de principios como la educación popular, el saber experto del territorio que poseen las mujeres y las organizaciones; el género como categoría de análisis que permite visibilizar las relaciones de poder que niegan la autonomía y libertad de las mujeres rurales y personas diversas; y la agricultura campesina familiar y étnico comunitaria como un derecho campesino y practica no sólo económica, sino política y cultural que atraviesa la experiencia de vida de las y los sujetos del campo.

 

En los encuentros las mujeres han enunciado y denunciado las problemáticas que aquejan el campo como el modelo extractivista materializado en los monocultivos de palma y la ganadería extensiva, la continuidad del conflicto armado y la agudización de la violencia; además de reconocer la manera en la que estos fenómenos afectan particularmente a las mujeres en los territorios. Las participantes de los encuentros, en ambas regiones, señalan la invisibilización que han padecido y los derechos que les han sido negados por su triple condición de mujeres que habitan el campo y pertenecen a comunidades campesinas, indígenas, afrodescendientes, negras, raizales o palenqueras.

 

Para las mujeres y las organizaciones que hacen parte de la ACFC y que han participado de estos encuentros es preciso avanzar hacia las acciones que transformen las relaciones de poder y las violencias. En la espiral de pasos que sugieren, las mujeres señalan la necesidad de socializar la resolución 464 y el Acuerdo de Paz; el acceso, la titulación y la garantía para la permanencia de las mujeres en la tierra; el reconocimiento del rol que han cumplido las mujeres en la ACFC en su triple jornada en el hogar, las tareas productivas y el trabajo organizativo-comunitario; la puesta en marcha de acuerdos y prácticas que resignifiquen, reconozcan, reduzcan y redistribuyan el trabajo de cuidado, históricamente, cargado a las mujeres; enunciarlas como sujetas políticas de derechos; implementar medidas en cada uno de los ejes y lineamientos de la resolución que apunten a la deconstrucción de los estereotipos, se contrapongan a las violencias y promuevan la autonomía desde lo material a lo simbólico, entre otros.

 

Los encuentros no sólo permitieron ir recogiendo y cruzando las experiencias de las mujeres, sino que ellas mismas reconocieron como la pandemia y la agudización del conflicto armado en los territorios ha generado un distanciamiento que pone en riesgo la vida y los procesos organizativos. Entonces, el encuentro entre mujeres y organizaciones sociales afianza los lazos, la confianza y reivindicación del movimiento feminista campesino popular y de mujeres rurales alrededor del derecho a la tierra y el territorio.  Sólo juntas es posible el cambio y la transformación.

 

 

 

 

 

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